Yo soy una de esas gorditas anónimas que deambulan por el mundo permanentemente a dieta.
De pequeña realizaba deporte a nivel competición y cuando lo deje en la adolescencia comenzó el declive.
Los kilos comenzaron a acumularse casi sin que me diera cuenta y cuando quise ponerle remedio comenzó el baile de dietas. Las he probado todas, perdiendo un cierto peso sin llegar a mi meta por lo que a la larga recuperaba el peso perdido más un pequeño extra (el famoso efecto yoyo).
Me acostumbre a estar gordita, luego a estar gorda y finalmente a tener un sobrepeso totalmente perjudicial para mi salud, y ahí comenzó todo, pedí cita en el centro de educación nutricional y hasta aquí.
La dieta ha sido uno de los principales factores para lograr mi pérdida de peso (aproximadamente 50 kilos), comiendo equilibradamente y de una forma variada.
El deporte ha sido otro de los principales factores, ayudándome a bajar peso con mayor rapidez, evitando el estancamiento y motivándome a seguir.
Pero el principal factor sin lugar a dudas ha sido creer que puedo lograrlo y que si fallo solo tengo que volver a empezar. No ha sido fácil ni lo será, ya que existe una gordita en mi interior que me incita a volver a los malos hábitos. Solo tengo que aprender a convivir con ella.

Muchas veces o, casi siempre (por lo general), la gente relaciona la palabra “nutricionista” a un médico que únicamente atiende en su consulta para hacernos una dieta por tener un problema con el peso…pero no es así, la gran mayoría (incluida yo), creemos que sabemos comer, hasta que profesionales como María desde CEN Las Palmas, nos educan en un hábito más del día a día que descuidamos, comer. Gracias a ella, he aprendido a mantener con regularidad un equilibrio nutricional, suplementándolo con el deporte.